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Llegar a tiempo: la batalla de un chofer, una enfermera y un médico por salvar vidas en ambulancia

Luis Melgar maneja hace 24 años y se encomienda al Señor de los Milagros; Cecilia Carranza además es bombero voluntario y el galeno Christian Montoya acabó en UCI porque no dejó su labor ni en pandemia. Ellos son parte del servicio de emergencias en EsSalud.

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En aquellas emergencias donde se decide entre la vida y la muerte, cada segundo cuenta. Uno de los vehículos que simboliza esta carrera por llegar a tiempo es la ambulancia. El personal que trabaja en este servicio es fundamental para esa primera atención y el traslado hacia el hospital más cercano. Sin embargo, poco se conoce de ellos.

En esta crónica hablaremos con el chofer Luis Melgar, el médico Cristhian Montoya y la enfermera Cecilia Carranza.

Enfermera de día, bombero de noche
A sus 55 años de edad, Cecilia le ha dedicado más de dos décadas a brindar auxilio inmediato. Cuenta que le ha tocado socorrer a muchas gestantes e incluso intervenir en un parto, pero también llevarse la última mirada de aquellos pacientes para los cuales no había salvación. Su centro de trabajo no es cualquiera, sino una ambulancia del Servicio de Transporte Asistido de Emergencia (STAE) de EsSalud.
Cecilia recuerda que, como madre, las mujeres embarazadas son casos especiales. Por ejemplo, cuando ayudó a una joven que tenía 28 semanas y esperaba a su primer bebé, según le contó en medio de la urgencia, luego de mucho tiempo de intentar ser mamá.
“Este tipo de traslados son muy delicados porque en un bache, si la ambulancia salta, es crítico, podría salir el bebé y tiene pocas probabilidades de vivir. Llegamos al lugar y nos pusimos a tranquilizar a la mamita para que se reduzca la tensión. El niño tenía latidos y entró directo a sala. Eran un pequeño que habían esperado con muchas esperanzas”, recuerda.
Ella tiene la vocación por partida doble, pues no solo es enfermera emergencista, sino también bombera voluntaria en la compañía France 3, ubicada en el jirón Moquegua, centro de Lima.

“Siempre he tenido este deseo de servicio que me permite ser yo misma y me hace sentir viva”, exclama orgullosa.
Esa doble labor le recuerda lo ocurrido en Mesa Redonda en 2001, la tragedia que enlutó al país. Terminaba su turno como enfermera cuando, enterada de la noticia, corrió a su compañía, se vistió de rojo y ayudó hasta ser relevada.

No se fue a casa, pues la jornada fue tan larga que, extenuada, debía volver al hospital Ramón Castilla. Entró por urgencias con su traje de bombero.

“Mientras me cambiaba tocaron fuerte la puerta de la ambulancia, abro y era una niña que necesitaba inmediata atención. Me quedé con el pantalón turquesa y con el polo rojo. En la madrugada cumplí con mi turno como enfermera y al siguiente día a primera hora me convertí nuevamente en bombera”, recuerda sobre aquella maratónica jornada.

Cecilia es multifacética, pues también es bailarina profesional de caporales. “Es el tercer año que participo en el bloque de la Candelaria”, rememora.

Un acto de fe
El chofer de ambulancia Luis Enrique Melgar Mendoza tiene 24 años de servicio y en sus manos está la responsabilidad de que todos lleguen a tiempo.

Uno de los casos más impactantes a lo largo de su carrera fue cuando acudió a Pisco luego del terremoto del 2007.

“Era un caos. Por donde caminabas encontrabas cadáveres y estructuras caídas. Veías pacientes con fracturas múltiples y expuestas. Teníamos que tratar de estabilizarlos para trasladarlos”, aseveró.

La angustia también lo golpeaba por dentro. Su madre se encontraba en Ica, otra de las zonas donde el letal sismo dejó graves consecuencias. No tenía noticias de ella, pero eso no lo frenó.

Luis tenía fe en que todo estaría bien. Siempre ha tenido convicción. Además de su labor como conductor, es devoto del Señor de los Milagros. Al subir a la ambulancia, se persigna y encomienda al Cristo Moreno.

“Hace 26 años soy miembro de la Hermandad del Señor de los Milagros, la segunda cuadrilla. Le debo todo. Siempre le pido por mi familia y vengo con toda la fe del mundo a trabajar. Me ha hecho muchos milagros”, resalta.

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